Qué fácil resulta construir historias bien articuladas cuando los hechos que acontecen son parte del pasado. Tomar distancia, ver la gran foto y construir una narrativa alrededor de una serie de acontecimientos. Nada queda al azar. Todo encaja. Siempre.
Casi nada, casi nunca es tan sencillo. Ahí está la magia, o no.