Volver a los básicos
La semana pasada le leí a Verónica un fragmento de la última entrega de la newsletter ‘Suma positiva’ de Samuel Gil. En ella, el autor, empujado por sus lectores comentaba su estrategia de gestión del conocimiento mediante el uso de la herramienta Roam. Sin entrar en los detalles de su sistema –que lo podéis consultar en los enlaces– lo que comentábamos era la amplísima variedad de herramientas, metodologías y servicios para trabajar ‘mejor’ o más ‘fácil’. A lo que Verónica lanzaba dos interesantes preguntas: uno, ¿cómo se las arreglaban antes para conseguir grandes logros sin estas herramientas? y dos, ¿cuánta pasta hay que dejarse al mes en productos y servicios para ser más productivo?
No sé en qué lado de la balanza estás tú, en la del ‘menos es más’ o por el contrario en la del ‘más es más’. En mi caso, me identifico más con los primeros. Aunque no sé si esto aplica a todos los aspectos de la vida. En el plano personal, esta semana, he tomado consciencia de lo bloqueante que me resulta gestionar mis proyectos e intereses de aprendizaje con estas herramientas. Tanto orden y conexión me hacía olvidarme de lo importante: el propósito y el contenido. Así que he decidido simplificar y volver a los básicos: cuaderno, email, calendario, aplicación de notas y recordatorios (y todo lo demás, claro).
A.
💬 Architects, gardeners and librarians
📬 Cultivando conocimiento en Roam
📰 Una estrategia con principios