Esta semana he dimitido como presidente de Dimad.
Sun Tzu en el Arte de la guerra dice que para triunfar hay que saber cuándo es oportuno combatir y cuando conviene retirarse.
No he compartido mucho por aquí de lo que venimos haciendo desde la organización en los últimos nueve meses, pero compartí dos cosas importantes:
En diciembre de 2020, escribí una postal con las líneas de actuación de la Junta Directiva. Poco después se materializaron en un plan estratégico a cuatro años, con actuaciones concretas para cada una de las líneas.
En mayo de 2021, escribí otra postal compartiendo una reflexión sobre la importancia de la pertenencia y el sentido de comunidad para poner en valor una asociación profesional hoy en día.
Tras darle muchas vueltas y hablarlo con la Junta Directiva, creo que no es posible sacar el plan que nos hemos propuesto y eso hace que carezca de sentido seguir al frente de la Asociación.
Llegados a este punto, quizás estás pensando que no le he dado tiempo suficiente o que cómo esperaba ver resultados en nueve meses. Tras formar parte de la anterior Junta Directiva y llevar casi 5 años en la dirección de la organización, he podido evaluar los límites de lo factible.
No es que el plan no sea válido o que no se pueda construir una comunidad alrededor del diseño, sino que la organización cuenta con demasiadas cargas, la mayoría de ellas relacionadas con el hecho de tener que gestionar la Central de Diseño en Matadero Madrid, haciendo que todo lo demás pase siempre a un segundo plano.
En diciembre decía que hacía falta un equipo directivo generoso, responsable y comprometido. Y lo hemos tenido. Estoy muy agradecido a la Junta Directiva, por su generosidad, responsabilidad y compromiso. Hemos dedicado incalculables horas a la gestión de la entidad, sin recibir por ello ninguna compensación.
La manera que tengo de comprometerme con los proyectos en los que participo no me permitía liderar la asociación con el nivel de calidad que me gustaría. Esto, unido al tiempo necesario para sacar las tareas, han sido los factores determinantes de mi decisión.
Mis mejores deseos para el futuro de Dimad y quien venga a liderarlo. Yo seguiré como socio y con mi vida, porque como dice Antón Álvarez en su última canción: la vida es seguir remando y poquito más. Pues eso, a seguir remando.
A.