Impresarios*: los que consiguen trabajo, organizan a otros para que lo hagan y presentan el resultado.
Difusores de cultura: quienes realizan un trabajo competente con eficacia en un campo amplio, normalmente fundamentado sobre un sólido bagaje de intereses dispersos.
Generadores de cultura: personajes obsesivos que trabajan en trastiendas y producen ideas, a menudo más útiles para otros diseñadores que para el público.
Asistentes: a menudo principiantes, pero también un amplio grupo preocupado por la administración o la delineación.
Parásitos: los que se aprovechan del trabajo de otros y se ganan bien la vida con ello.

Esta es una traducción propia del texto escrito por Norman Potter en su libro What is a Designer: Things, Places, Messages. En la pieza original aclara que los cuatro primeros grupos son interdependientes y se necesitan mutuamente. También dice que cualquier diseñador puede pasar de un papel a otro a lo largo de su vida laboral, o incluso en el desarrollo de un mismo trabajo, aunque el temperamento y la capacidad fomentan una separación más permanente de funciones en una gran organización de diseño. En el texto, el autor aclara que en la clasificación no hay ningún juicio de valor implícito, salvo en el caso de los parásitos, que son demasiado numerosos.

*en el texto original está escrito el término impresarios, no es una errata, no confundir con empresarios. Un impresario (en italiano, impresa: empresa o proyecto) es una persona que organiza y a menudo financia conciertos, obras de teatro u óperas; análogo a un representante artístico o un productor televisivo o de cine.

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