¿No te pasa que a veces te haces preguntas cuya respuesta, aparentemente, no sirve para nada? Hace poco, volvía a casa tras hacer la compra y la cola en la panadería llamó mi atención. En seguida, mi foco pasó de observar a la larga fila de personas aguardando pacientemente en la cola, a la persona que ocupaba la primera posición. Se encontraba pagando, con tarjeta sin contacto y respetando la distancia social. La “nueva normalidad”. Apuesto a que a estas alturas de la postal, te estarás preguntando: ¿qué hay de nuevo en esto? Y, ¿va en serio que ese hecho llamó tu atención? Estás en lo cierto, no fue eso lo que llamó mi atención. Lo que lo hizo fue la pegatina sobre la tarjeta de débito en manos de la persona. Sí, esa pegatina que nos informa que antes de usar la tarjeta, tenemos que activarla. En ese instante me pregunté: ¿cuántas tarjetas se estarán usando en el mundo sin que nadie haya retirado de su superficie la pegatina?
Nueva normalidad
Nueva normalidad
Nueva normalidad
¿No te pasa que a veces te haces preguntas cuya respuesta, aparentemente, no sirve para nada? Hace poco, volvía a casa tras hacer la compra y la cola en la panadería llamó mi atención. En seguida, mi foco pasó de observar a la larga fila de personas aguardando pacientemente en la cola, a la persona que ocupaba la primera posición. Se encontraba pagando, con tarjeta sin contacto y respetando la distancia social. La “nueva normalidad”. Apuesto a que a estas alturas de la postal, te estarás preguntando: ¿qué hay de nuevo en esto? Y, ¿va en serio que ese hecho llamó tu atención? Estás en lo cierto, no fue eso lo que llamó mi atención. Lo que lo hizo fue la pegatina sobre la tarjeta de débito en manos de la persona. Sí, esa pegatina que nos informa que antes de usar la tarjeta, tenemos que activarla. En ese instante me pregunté: ¿cuántas tarjetas se estarán usando en el mundo sin que nadie haya retirado de su superficie la pegatina?