Pocas cosas hay tan refrescantes como una buena conversación. Temas interesantes, recomendaciones y diferentes puntos de vista. Hace unos días, en un inesperado desayuno con las estupendas Maite del Mundo y Cristina Latorre de Creatique, hablamos de bastantes cosas y eso que el encuentro duró una hora. Entre ellas mencionamos algunos libros. Al llegar a casa, les mandé la lista de los 4 o 5 ejemplares de los que yo había hablado. Al hacerlo recordé una frase que le escuché a Carlos Marañón en la entrevista que Javier Aznar le hizo en su podcast. No recuerdo las palabras exactas pero la idea que trasladaba Marañón era que había que regalar libros que no comprometan a quien los recibe.
Muchas veces cuando alguien nos recomienda un libro, sucede lo mismo que cuando nos lo regalan. Es importante para quien lo ha leído, pero quizás no va a causar el mismo impacto en quien lo recibe. Así que, si no vamos a ser capaces de recomendar lecturas que no comprometan a quien las reciba, al menos, puedes tener la tranquilidad de que no pasa nada por no leer lo que te han recomendado. No tengo ni idea de si esto aplica a todo el mundo, lo que sí tengo claro es que lo puedes aplicar a cualquiera de las recomendaciones que yo te haga.
A.
Es muy interesante esta reflexión. Permíteme, Anxo, que haga otra complementaria: cuando alguien a quien apreciamos nos recomienda un libro, la lectura que hacemos del mismo tiene ya una capa de significado que hace que lo leamos con otros ojos, y es una forma también de sentirnos más cerca de esa persona. Gracias por tus postales. Un abrazo.