No te flipes
Espero que hayas disfrutado como es debido de las primeras 24 horas de 2021 y que la celebración de Nochevieja haya servido para dejar atrás todos los momentos difíciles de 2020. A pesar de lo controvertido que pueda resultar, yo no me puedo quejar de este año. Han pasado tantas cosas buenas, que sería ingrato por mi parte hablar mal de 2020. Aunque no creo que mi balance detallado importe mucho a nadie en este momento, así que me lo reservo y voy a por lo importante: el futuro.
Estamos poniendo grandes expectativas al recién inaugurado 2021, y no quiero ser un aguafiestas pues, aún considerándome optimista, quizás sea más parecido a 2020 que a 2019. Tampoco vengo a especular, ya que con seguridad erraré en mis predicciones. Lo que sí es seguro es que, ante un nuevo año, surgen nuevos propósitos y quiero aprovechar esta postal para recordar(me) una cosa: no te flipes. Ahora todo parece fácil, pero después de la primera semana de trabajo y sus correspondientes videollamadas, la capacidad para acometer los propósitos no será tanta como la de la tranquilidad del día de año nuevo tirado en el sofá. Los cambios mejor de 0 a 1.
A.