Cambios
Seguro que ya te has dado cuenta, hace unas semanas desactivé las funcionalidades sociales de la plataforma Substack. Hay quien me ha comentado que no encontraba el corazón para indicar que le había gustado una de las publicaciones. Pues bien, las he desactivado porque creo que era una suerte de compromiso. Me di cuenta de que cuando explícitamente pedía en el texto que se usase esa funcionalidad, la postal recibía muchos más me gusta que cuando no lo ponía. Así que decidí que lo mejor era quitarlo. No te pido nada, tú no tienes porque hacer nada.
Si bien, hay algo que me gusta mucho de la relación que hemos generado entre nosotros con las postales, se trata de las respuestas a mis envíos. Estoy seguro que para la mayoría, el correo electrónico es algo unidireccional y por tanto, no requiere respuesta. Cuando empecé, aquí éramos muy pocos y recibir respuesta a los envíos, me daba impulso para seguir adelante. Supongo que con la llegada de muchas más personas y especialmente aquellas a las que no tengo el gusto de conocer, se hace extraño hacerlo. Me encantan los mensajes de personas que no conozco y me han brindado grandes descubrimientos.
Ya lo sabes —de ahora en adelante— si tienes algo que decirme: dale a responder.
A.